Pues una vez más, ¡¡¡aquí estamos!!! Espero que hayáis tenido un buen fin de semana y no os hayáis excedido mucho en comer y beber. ;)
El Miércoles hablábamos de las dietas hiperproteicas, de lo que consistían, y lo difíciles que era mantenerlas; pues bien, hoy, para acabar con este tema, vamos a hablar de los problemas que este tipo de dieta nos puede provocar en la salud.
Deberíamos comenzar
recordando la dificultad de mantenerla en el tiempo, motivos que
tratamos al final del post anterior.
Además de esto, son
varias las consecuencias que pueden tener:
Como ya dijimos, estas dietas, ponen al cuerpo en una
situación de cetosis, que consiste en “tirar” de la grasa para dar energía al
cuerpo (este motivo es por el cuál las dietas hiperproteicas tipo Pronokal, Atkins, Dukan... funcionan, porque usan la grasa almacenada para obtener la energía), sin embargo, esta situación puede generar, entre otros:
o
Mareos
o
Dolores de cabeza
o
Mal aliento
o
Sudor fuerte
El cerebro se alimenta mayoritariamente de glucosa, de
manera que si no ingerimos hidratos de carbono, se puede producir una
disminución en el rendimiento cerebral, ya que hay estudios que indican que los
cuerpos cetónicos sólo aportarían el 50% de los requerimientos de energía que
necesita el cerebro.
Además de esto, puede llegar un momento en el que la grasa no es suficiente para obtener energía, y entonces, empezamos a
“tirar” de músculo, produciendo una degradación muscular. El músculo es un tejido que requiere energía para alimentarse y funcionar correctamente; de manera, que si destruimos este músculo, gastaremos menos energía en alimentarlo (una de las causas del efecto yo-yó en estas dietas)
El hígado necesitará metabolizar continuamente las
proteínas, para ser capaces de obtener energía a través de ellas, lo que puede
desembocar en una sobrecarga hepática, esto nos puede provocar problemas hepáticos a largo plazo, o incluso a corto plazo si existe alguna patología.
Al igual que origina una sobrecarga renal al eliminarlas por
el riñón, pudiendo provocar entre otras cosas ¡las temidas piedras!
Este
tipo de dietas también nos pueden dar lugar a una mayor pérdida de calcio por
orina, calcio que provendrá de los huesos, y por tanto, aumentamos el riesgo de
osteoporosis.
Y ya por último, para acabar con este post, y no asustaros más, al usar las proteínas para conseguir energía y no como función plástica (que es la suya), podremos tener carencia de determinados nutrientes que sólo podemos ingerir con la dieta.
Y con esto y un bizcocho (bien cargadito de hidratos de carbono) ¡hasta la semana que viene! Espero que tengáis buena semana y que no os haya asustado mucho con esta entrada, ¡¡ni os hayan quedado muchas dudas!!
Bravo!!! Ya es hora que nos demos cuenta de lo malas que son esas dietas... Mejor comer sano ;). Felicidades Alba!!
ResponderEliminarEstudio que toma como base las enseñanzas de Paramhansa Yogananda,
ResponderEliminarjustificado por el autor según los conocimientos actuales sobre nutrición.
Se recorre el camino que va desde una dependencia completa del alimento a una liberación cada vez mayor de él.
En los enlaces siguientes se encuentra amplia información que permite comprender como puede conseguirse una nutrición equilibrada y cuales son las razones que lo justifican la-voz.net/ramon-castilla/